Un judío pionero en el comercio y la aviación en Colombia - 30 de marzo de 2023
A un pequeño poblado cercano a la desembocadura del río Magdalena en Colombia, llegaron en la última década del siglo XIX judíos de orígen sefardí, provenientes de la isla de Curazao. Esta ciudad resultó convirtiéndose en la cuarta más importante de Colombia, estamos hablando de Barranquilla. De la segunda generación de judíos en esta ciudad, se destaca el empresario Ernesto Cortissoz, pionero de la aviación en Colombia y en América Latina. Su padre, Jacobo Cortissoz descendía de judíos que emigraron a Curazao en la primera mitad del siglo XIX. El barranquillero Ernesto Cortissoz viajó para estudiar en Alemania e Inglaterra, por lo que dominaba el inglés, francés e italiano. Regresó a Barranquilla y continuó con las actividades económicas de su padre: trámites para importaciones y exportaciones. En 1914 se encargó de la gerencia de la Sociedad Colectiva Cortissoz-Correa y Cía, dedicada al sector bancario. También fue socio y ocasionalmente gerente de: The Walters Brewing and Ice, de la Compañía Unida de Fósforos, de la empresa Harinera del Atlántico, del tranvía urbano, y del acueducto de la ciudad. Ernesto Cortissoz también contribuyó en el fortalecimiento del béisbol en la región. El 5 de diciembre de 1919 se convirtió en socio fundador de la empresa de aviación Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo (SCADTA). Esta sociedad trajo dos aviones alemanes, y con esta empresa inició la aviación comercial en Colombia, transformándose en 1939 en Avianca, la segunda aerolínea existente más antigua del mundo. Lamentablemente, el 8 de junio de 1924 en un accidente aéreo, murió Ernesto Cortissoz, dejando una huella imborrable y un legado que le mereció el reconocimiento de llamar al Aeropuerto Internacional de Barranquilla, con su nombre: Ernesto Cortissoz.
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