Relato de una boda judía - 5 de noviembre de 2022

Han pasado siete días desde la última vez que Jonatan y Adele se vieron, y hoy en el día de su boda se volverán a encontrar. Adele está vestida de novia y Jonatan luce una túnica blanca, con una kipá en la cabeza. Las invitadas cantan y bailan alrededor de Adele, y mientras tanto Jonatan, en compañía de su familia, firma el contrato que estipula las condiciones de su compromiso matrimonial. El momento más esperado ha llegado: Jonatan se acerca para levantar el velo que cubre el rostro de su amada Adele. Sus miradas se cruzan por segundos mientras caminan hacia el dosel nupcial. Adele da siete vueltas alrededor de Jonatan, y se ubica a su derecha. El rabino recita la bendición sobre el vino, y las bendiciones del compromiso. Beben una copa y se consagran el uno al otro intercambiando los anillos. Mientras escuchan las Siete Bendiciones, se cubren con un manto flecado que simboliza que Jonatan será el único amor de Adele; y entonces beben la segunda copa de vino. Tras la bendición, se declaran casados y se coloca un vaso de vidrio en el suelo para que sea hecho trizas por Jonatan. Este acto marca el final de la ceremonia e invita a la celebración con todos los asistentes. Los recién casados se trasladan a una habitación en la que estarán a solas por unos minutos, para intercambiar regalos y compartir un consomé que finalizará el ayuno de aquel día. El banquete ha iniciado, y así como en el huerto del Edén, la unión de Jonatan y Adele ha sido bendecida. Así es como normalmente se celebra una boda judía, siguiendo las tradiciones y costumbres de miles de años.

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