La historia de Rachel y Akiva - 25 de octubre de 2022

Transcurría el primer siglo d.C y en Jerusalén vivía Rachel, una mujer judía, hija de uno de los hombres más ricos de la época. Ella se enamoró de un pastor de ovejas llamado Akiva, y pese a que su padre desaprobaba esta relación, contra todo pronóstico, menospreció los lujos, la elegancia y la riqueza que disfrutaba desde su niñez. Akiva era pobre y no tenía estudios, pero aún así recibió el amor de Rachel. Sin embargo, esta decisión fue duramente castigada por su millonario padre, quien le quitó todos los privilegios, incluso su herencia. Para Rachel lo más valioso era el buen corazón y humildad de su esposo. Después de tener varios hijos y cuando Akiva tenía ya 40 años, ella se despojó de su hermosa cabellera, para venderla y darle a su esposo el dinero necesario para que él pudiera ir a estudiar la Torá. Este noble acto motivó a Akiva, quien 12 años después regresó convertido en un erudito de gran renombre, respaldado por más de 24.000 discípulos. Rabí Akiva expresaba sin cesar, la gratitud que sentía por su esposa: “Todo nuestro estudio es gracias a ella”. Toda la herencia que Rachel perdió, la recuperó cuando la ciudad entera reconoció el respeto y la autoridad del gran rabino Akiva Ben Losef, el sabio más prominente del judaísmo, quien sería el padre del judaísmo Rabínico.

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